Mucha gente que atraviesa problemas de estrés afirma: “Si no tuviera problemas yo vivirÃa feliz”. De hecho, conozco mucha gente que huye ante la primera señal de problemas. Este escape neurótico les asegura la evitación del sufrimiento, al menos temporalmente. Algunos suelen cambiar de trabajo para evitar un jefe gruñón; otros cambian de pareja, repetidamente, diciendo: “nadie me comprende”. Y existen aquellos que, en caso extremo, llegan a cambiar de vecindario, puesto que: “los vecinos son hostiles”. Si retomamos el primer principio para vencer el estrés de nuestra publicación anterior, encontraremos un mejor enfoque para los problemas que “producen” estrés, o sea, el cambio de nuestras actitudes. Veamos la siguiente historia.
Corazón de ratón
Un ratón tenÃa miedo de todo, era un cobarde. Le pidió a Dios que lo traslade a una casa con luz y aire. No querÃa vivir más en su ratonera sucia y oscura. Dios cumplió su deseo y lo llevó a una hermosa casa, pero, nuevamente, su corazón se llenó de temor, pues se encontró con un gato feroz. Nuestro amiguito pensó volverse un gato y asà perder su miedo. Dios lo escuchó y lo convirtió en gato. Al poco tiempo, se encontró con un perro y volvió a sentir temor, entonces quizo ser un perro. Dios le volvió a conceder su deseo. Siendo ya un perro se encontró con un tigre y volvió a pedirle a Dios que lo convierta en un tigre, pero esta vez su deseo no se cumplió, Dios lo miró fijamente a los ojos y volvió a convertirlo en ratón; entonces, muy molesto y alzando la voz reclamó al cielo diciendo:
- ¿Por qué no me has escuchado? -Y Dios le contestó:
- Aunque cambie tus circunstancias, aunque cambie tu apariencia, tu siempre serás un ratón.
Reenfocar
Es tu interior lo que debes cambiar. Si adquieres un nuevo enfoque de los problemas. Si cambias tu actitud frente a ellos y dejas de huir neuróticamente; entonces habrás dado un gran paso para vencer el estrés.
Corazón de ratón
Un ratón tenÃa miedo de todo, era un cobarde. Le pidió a Dios que lo traslade a una casa con luz y aire. No querÃa vivir más en su ratonera sucia y oscura. Dios cumplió su deseo y lo llevó a una hermosa casa, pero, nuevamente, su corazón se llenó de temor, pues se encontró con un gato feroz. Nuestro amiguito pensó volverse un gato y asà perder su miedo. Dios lo escuchó y lo convirtió en gato. Al poco tiempo, se encontró con un perro y volvió a sentir temor, entonces quizo ser un perro. Dios le volvió a conceder su deseo. Siendo ya un perro se encontró con un tigre y volvió a pedirle a Dios que lo convierta en un tigre, pero esta vez su deseo no se cumplió, Dios lo miró fijamente a los ojos y volvió a convertirlo en ratón; entonces, muy molesto y alzando la voz reclamó al cielo diciendo:
- ¿Por qué no me has escuchado? -Y Dios le contestó:
- Aunque cambie tus circunstancias, aunque cambie tu apariencia, tu siempre serás un ratón.
Reenfocar
Es tu interior lo que debes cambiar. Si adquieres un nuevo enfoque de los problemas. Si cambias tu actitud frente a ellos y dejas de huir neuróticamente; entonces habrás dado un gran paso para vencer el estrés.
Psicólogo Renzo Benvenuto
rbenvenuto@doctor.com
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