Es una distorsión de pensamiento pues nadie tiene la razón todo el tiempo. La persona normalmente se pone a la defensiva. Siente ansiedad, debido a la necesidad de probarle a todos que sus apreciaciones las correctas.
Las opiniones de estas personas raramente cambian. Su rigidez de pensamiento se debe al rechazo de ideas u opiniones que no encajan en sus esquemas como en el siguiente cuento.
Los ciegos y el elefante
Seis sabios ciegos discutían acerca de la forma exacta de un elefante. Ellos no conseguían ponerse de acuerdo. Como ninguno de ellos había tocado nunca uno, decidieron salir al día siguiente a la busca de un ejemplar, y así salir de dudas.
La buena fortuna puso un elefante en su camino. Era el momento de poner fin al dilema.
A su turno, cada sabio tocaba al elefante. El primero tropezó y al caer sobre el costado del animal, dijo:
–El elefante es como una pared de barro secada al sol–
El segundo con las manos extendidas fue a dar con los colmillos:
–¡Sin duda la forma de este animal es como la de una lanza!–
El tercero, agarró la trompa y la resiguió de arriba a abajo, notando su forma y movimiento. Exclamó:
–¡Escuchad! Este elefante es como una larga serpiente–
El cuarto se acercó por detrás y recibió un suave golpe con la cola del animal, que se movía para asustar a los insectos. El sabio agarró la cola y no tuvo dudas:
–Es igual a una vieja cuerda– agregó.
El quinto se encontró con la oreja y señaló:
–Ninguno de vosotros ha acertado en su forma. El elefante es más bien como un gran abanico plano–
El sexto, tan doblado que estaba por la edad, pasó por debajo de la barriga del elefante y tropezó con una de sus gruesas patas:
–¡Escuchad! Lo estoy tocando ahora mismo y os aseguro que el elefante tiene la misma forma que el tronco de una gran palmera–
Sentados nuevamente bajo la palmera de su morada, retomaron la discusión sobre la verdadera forma del elefante. Todos habían experimentado por ellos mismos cuál era la forma verdadera y creían que los demás estaban equivocados. Estaban como al principio.
Definición
Continuamente está tratando de probar que sus opiniones y acciones son correctas. Es imposible aceptar una equivocación y se hará cualquier cosa para demostrar que se tiene razón.
Ejemplos:
«No me importa lo que tú pienses, lo volvería a hacer exactamente igual»
«Si acepto mis errores pensarán que soy débil de carácter»
«Yo soy mayor que ellos y tengo más experiencia, por lo tanto, tengo razón»
«Tengo la razón y no me la dan»
Técnica
Si creemos tener la razón, no escucharemos a los demás. En el fondo existe el temor de que las opiniones ajenas puedan demostrar que estamos equivocados. Por eso, la clave para combatir esta distorsion de pensamiento es la "escucha activa".
La "escucha activa" consiste en repetir lo está diciendo el interlocutor. Esto sirve para asegurarse que entendimos "correctamente" el mensaje. También mostramos aprecio por el punto de vista del otro. La "escucha activa" es una conducta asertiva que mejora la comunicación. Siendo realistas, en la mayoría de temas, sólo tenemos el 50% de razón.
También puede someter a prueba sus ideas negativas preguntándose:
«Tengo la razón y no me la dan»
1. Dígame, para Ud. ¿qué es tener la razón? ¿Su criterio es razonable?
2. ¿Puede tener ellos otro punto de vista diferente? ¿En qué porcentaje tienen razón?
3. ¿Los está escuchando?
4. ¿Estar a la defensiva mejora la comunicacion?
Psicólogo Renzo Benvenuto
rbenvenuto@doctor.com
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