Birdman: víctima fatal del ego


La presión del estreno, la rivalidad con otro actor, una hija en rehabilitación, la novia embarazada y una ex-esposa demandante llevan a Riggan Thomson (Michael Keaton) al suicidio. ¿Qué esconde la mente del protagonista para lanzarse desde la ventana de un hospital? En este artículo, tratamos de responder a esta interrogante.

Sinopsis
“Birdman o (La inesperada virtud de la ignorancia)” es una comedia negra que cuenta la historia de un actor, Riggan Thomson, —famoso por dar vida a un emblemático superhéroe— que lucha por montar una obra de teatro en Broadway. En los días que preceden a la noche del estreno se enzarza con su ego y trata de recuperar a su familia, su carrera y a sí mismo.

¡Alerta, peligro!
Las amenazas reales o percibidas de peligro (p.ej. el riesgo de fracaso, las criticas de la prensa, el conflicto con otro actor, la reconciliación con su hija drogadicta, etc.) son estresores que tienen un fuerte impacto emocional (depresión, ansiedad) en la vida de Riggan Thomson.

Buscando la salida
El protagonista pone en juego una serie de «estilos de afrontamiento del estrés» (léase mecanismos de defensa) en su intento de controlar la presión. Entre ellos devaluación, omnipotencia, fantasía autista, polarización de la propia imagen y comportamiento impulsivo. Podemos afirmar que el sucesivo fracaso de sus «estilos de afrontamiento» llevaron al actor, inevitablemente al suicidio, como única salida.

Víctima del Ego
Birdman, la película, muestra un aspecto invaluable al análisis: La lucha de Riggan es contra sí mismo. El actor tiene un Ego o «Yo dividido», siguiendo a Karen Horney quien describió esta cualidad, presente en individuos neuróticos. El conflicto de Riggan es entre un «Yo ideal» y un «Yo despreciado». 

El «Yo ideal» para Karen Horney es un «Yo» falso, irreal, una fantasía creada para compensar una pobre imagen de sí mismo. Este «Yo ideal» está representado por Birdman (alter ego) quien acosa al actor con pensamientos de omnipotencia y superioridad (p.ej. «Tú eres un Dios», «Tú eres mejor que estos mediocres»). Riggan lo dice claramente: «Tengo una vocecita que me habla al interior».

El «Yo despreciado» es la imagen devaluada de sí mismo, una imagen rechazada pues genera dolor. El «Yo despreciado» se manifiesta en boca del propio actor con comentarios de inferioridad e insignificancia (p.ej. «Estoy viejo, acabado», «Me veo como un pavo con leucemia», «todos se reirán de mí»).

Exigencias irracionales
Karen Horney menciona 10 necesidades neuróticas. Una necesidad neurótica es intensa, una exigencia que causa gran ansiedad si no se satisface en todo momento, circunstancia y por todas las personas. 

En Riggan Thomson se perfilan las siguientes necesidades neuróticas:

- Necesidad neurótica de afecto y aprobación (p.ej. interpretando un personaje en la obra Riggan dice: «¿por qué tengo siempre que rogar que me amen?», «si no me amas no existo, no soy nada».

- Necesidad neurótica de reconocimiento o prestigio social (p.ej. reacción extrema ante las críticas negativas de la prensa).

- Necesidad de admiración personal (p.ej. el comentario de su ex-esposa: «confundes amor con admiración»).

- Necesidad de perfección e inexpugnabilidad (p.ej. provocar un accidente sobre uno de los actores de poco talento para sacarlo de la obra).

Albert Ellis llamó a estas necesidades «Demandas Irracionales» y se expresan en forma de «Deberías» (p.ej. «Debemos tener siempre el amor y la aprobación de los padres, familiares y amigos»).

Retribuciones de la neurosis
Karen Horney llama «ansiedad básica» al miedo al abandono o desamparo de algunos niños criados en un clima familiar desfavorable (padres hostiles o indiferentes). Algunos niños sobreviven a este dolor aprendiendo estrategias de búsqueda de aprobación de los padres (complianza). Parecen decir: «Si puedo lograr que me quieras entonces no me harás daño». Esta estrategia efectiva se vuelve un patrón rígido de conducta pues elimina la ansiedad y es reforzada socialmente.

Birdman, la película no muestra datos biográficos de Riggan Thomson (solo observamos rasgos narcisistas e histriónicos de personalidad), pero deducimos que la búsqueda neurótica de reconocimiento del actor, es un patrón rígido de conducta que funcionó en el pasado, pero que al presente tiene un alto costo emocional cuyo corolario es el suicidio.

Para reflexionar
Esta película es riquísima en contenido psicológico y merecedora de una profunda reflexión. Lamentablemente, el poco espacio de la web no permite ir más allá en el analisis.

El mensaje de la película es la «frase o mantra» que Riggan Thomson tiene en su camerino: «Una cosa es lo que es y no lo que se dice de ella».

Esta frase es el antídoto a las exigencias neuróticas de aprobación pues todos somos valiosos seamos o no reconocidos.

Psicólogo Renzo Benvenuto
rbenvenuto@doctor.com

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