De acuerdo a OK! magazine, Kelly ha resuelto ignorar a los críticos y vivir su vida sin que nada le importe. Parece que a la cantante poco le afecta que le digan que quedó muy gorda después de tener a su bebita.
Según el tabloide Kelly ama como se ve, se niega a hacer dieta y su vida sexual es amazing!
En otro medio declaro: «Soy maravillosa. No me molesta. El mundo es libre...Nunca me ha importado lo que diga la gente. Se trata más si estoy feliz y sintiéndome bien. Eso ha sido siempre lo mío. Menos ahora desde que tengo familia, no busco ninguna otra aceptación».
Esta muestra de autoaceptación puede ser autentica, pero solo el tiempo dirá si Kelly se siente tan cómoda con su peso actual (79 kilos), o aparece dentro de unos meses mega flaca adornando la portada de OK! magazine.
Autoaceptación
El sobrepeso femenino es un tema complejo. Alguna mujeres parecen tener autoaceptación pero en el fondo se odian a sí mismas.
La autentica autoaceptación pasa por reconocer los atributos positivos y no fijarse demasiado en los negativos; la falsa autoaceptación puede tomar forma de autocritica. Por ejemplo decir: «Soy gordita, pero feliz».
Este comentario es confundido con sentido del humor como dice el cliché: «Los gordos son felices». Sin embargo este comportamiento es una estrategia defensiva.
La estrategia del mal menor
La estrategia del mal menor consiste en hacer o decir algo para evitar males mayores. Esta es una estrategia de afrontamiento del estrés (mecanismo de defensa) o «posición defensiva». Por ejemplo, en nuestra vida emocional muchas veces utilizamos «posiciones defensivas» para evitar males mayores. La pregunta es: ¿Será una estrategia útil de supervivencia emocional?
El problema de Sara
Hace algunos años conocí a una joven mujer llamada Sara. Era bella en cuanto al aspecto físico, aunque algo subida de peso. Sara se preocupaba demasiado por esos «kilitos de más».
El alma de la fiesta
Cuando Sara encontraba a sus amigas en alguna discoteca, asumía una «posición defensiva». Su «posición defensiva» consistía en adelantarse a los comentarios de sus amigas acerca de su sobrepeso. Por ejemplo, solía decir: «Estoy tan gorda que parezco una vaca», «soy una gorda feliz», «las gorditas somos el alma de la fiesta»
El sabotaje
Sara decía esto para evitar el mal mayor: ser el blanco de las críticas o burlas. Todo parecía funcionar. Sara sonreía, pero en el fondo sufría por su condición; en el fondo, no se aceptaba a sí misma. Su comportamiento era un sabotaje de la autoestima.
Creencias erróneas
En estos casos la creencia de fondo es: «Si yo me ataco primero nadie se meterá conmigo. Después de todo mostraré que tengo sentido del humor».
La procesión va por dentro
En el fondo estas personas sienten autodesprecio y dolor. La supuesta felicidad y alegría que muestran es parte de la estrategia defensiva.
Consecuencias
Este comportamiento de autosabotaje no hay que confundirlo con la autocrítica positiva que resulta una cualidad para alcanzar la superación personal.
Las «posiciones defensivas», por el contrario, aplicadas a nuestra autoestima consisten en la autodegradación, en rebajarse a sí mismo y hacen mucho daño.
La peor consecuencia de esta conducta es terminar creyendo lo que decimos de nosotros mismos. Estas creencias se fortalecen con el tiempo y resultan difíciles de cambiar. Un paso necesario para mejorar la autoestima y alcanzar el éxito personal consiste en no utilizar más «posiciones defensivas» como la de Sara.
Psicólogo Renzo Benvenuto
rbenvenuto@doctor.com
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