Entre los traumas o consecuencias de la dependencia afectiva tenemos los temores sociales. En el fondo de los temores sociales existe una fuerte «creencia de búsqueda de aprobación». Esta «creencia irracional» es la base de muchos temores, pues el miedo al «fracaso social» o no alcanzar los estándares sociales es frecuente.
Aristóteles decÃa: «Bastarse a sà mismo es también una forma de felicidad». Contrariamente, muchos buscan la aprobación de los padres, amigos y pareja. Son como una hoja a merced del viento de los halagos o los insultos. Ellos creen, falsamente, que la verdadera felicidad consiste en ganarse la aprobación de los demás.
Cuando los vientos son desfavorables, ajustarán las velas en otra dirección para satisfacer a quienes muestran desaprobación o rechazo. Este es el problema principal, la deslealtad consigo mismos con tal de complacer a otros. Sin embargo, tal como señaló el Dr. Albert Ellis, nadie puede colmar al 100% las expectativas ajenas.
Los primeros años
En algunas personas la necesidad de aprobación tiene un origen temprano. El miedo al abandono en la infancia suele dejar huellas difÃciles de borrar. En estos casos, es frecuente la búsqueda de aprobación como una estrategia de «supervivencia emocional». Estas personas se esfuerzan en complacer o agradar en todo para evitar el abandono real o imaginado.
Vida en pareja
En las relaciones de pareja es frecuente encontrar este patrón de conducta en uno de los dos miembros. El miembro vulnerable se mostrará excesivamente complaciente y permisivo. PodrÃa tolerar maltratos fÃsicos y psicológicos. Alguien denominó a este problema el «sÃndrome de la Geisha». Si bien logran conseguir la aprobación, en el fondo sienten dolor y miedo a ser abandonados tarde o temprano.
Dia de la independencia
Por otro lado, la independencia emocional no significa ser un a isla y vivir de espaldas a las relaciones sociales. Por el contrario, si valoramos nuestras opiniones, deseos, gustos y nos aceptamos a nosotros mismos, más seguros nos mostraremos ante los demás y las relaciones sociales serán de más calidad.
Aristóteles decÃa: «Bastarse a sà mismo es también una forma de felicidad». Contrariamente, muchos buscan la aprobación de los padres, amigos y pareja. Son como una hoja a merced del viento de los halagos o los insultos. Ellos creen, falsamente, que la verdadera felicidad consiste en ganarse la aprobación de los demás.
Cuando los vientos son desfavorables, ajustarán las velas en otra dirección para satisfacer a quienes muestran desaprobación o rechazo. Este es el problema principal, la deslealtad consigo mismos con tal de complacer a otros. Sin embargo, tal como señaló el Dr. Albert Ellis, nadie puede colmar al 100% las expectativas ajenas.
Los primeros años
En algunas personas la necesidad de aprobación tiene un origen temprano. El miedo al abandono en la infancia suele dejar huellas difÃciles de borrar. En estos casos, es frecuente la búsqueda de aprobación como una estrategia de «supervivencia emocional». Estas personas se esfuerzan en complacer o agradar en todo para evitar el abandono real o imaginado.
Vida en pareja
En las relaciones de pareja es frecuente encontrar este patrón de conducta en uno de los dos miembros. El miembro vulnerable se mostrará excesivamente complaciente y permisivo. PodrÃa tolerar maltratos fÃsicos y psicológicos. Alguien denominó a este problema el «sÃndrome de la Geisha». Si bien logran conseguir la aprobación, en el fondo sienten dolor y miedo a ser abandonados tarde o temprano.
Dia de la independencia
Por otro lado, la independencia emocional no significa ser un a isla y vivir de espaldas a las relaciones sociales. Por el contrario, si valoramos nuestras opiniones, deseos, gustos y nos aceptamos a nosotros mismos, más seguros nos mostraremos ante los demás y las relaciones sociales serán de más calidad.
Psicólogo Renzo Benvenuto
rbenvenuto@doctor.com
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