La barrera entre el éxito y nosotros suele ser muy alta. Este muro lo levantamos nosotros mismos manteniendo una serie de «creencias limitantes». Experiencias de fracaso nos llevan pensar que las cosas no pueden ser de otra manera. Debido a la «estrechez de mente», nos cuesta ver el futuro más allá de nuestra rigidez mental. Veamos la siguiente historia.
Las dos ranas
He aquí una rana que había vivido siempre en un mísero y estrecho pozo, donde había nacido y habría de morir.
Pasó cerca de allí otra rana que había vivido siempre en el mar. Tropezó y se cayó en el pozo.
-¿De dónde vienes? -preguntó la rana del pozo.
-Del mar.
-¿Es grande el mar?
-Extraordinariamente grande, inmenso.
La rana del pozo se quedó unos momentos muy pensativa y luego preguntó:
-¿Es el mar tan grande como mi pozo?
-¡Cómo puedes comparar tu pozo con el mar! Te digo que el mar es excepcionalmente grande, descomunal.
Pero la rana del pozo, fuera de sí por la ira, aseveró:
-Mentira, no puede haber nada más grande que mi pozo; ¡nada! ¡Eres una mentirosa y ahora mismo te echaré de aquí!
La buena noticia es que podemos deshacernos de estas creencias limitantes. Entonces comenzaremos a tener otra perspectiva de las cosas.
Creencias limitantes
Mandy Evans en su libro Viajando libremente: Cómo recuperarse del pasado cambiando sus creencias señala algunas creencias limitantes:
1. «No merezco ser amado»
2. «No importa lo que haga, debería estar haciendo otra cosa»
3. «Si todavía no ha ocurrido, nunca ocurrirá»
4. «Si supieras cómo soy en realidad, no me querrías»
5. «No sé lo que quiero»
6. «Hago enojar a la gente»
7. «El sexo es algo sucio y repugnante; hazlo sólo con la persona que amas»
8. «Mejor deja de desear; si te emocionas, saldrás lastimado»
9. «Si fracaso, debo sentirme muy mal por mucho tiempo y estar muy asustado como para intentarlo de nuevo»
10. «Ya debería haber logrado esto»
El primer paso para liberarse de estas creencias es reconocerlas. Se recomienda ponerlas por escrito y entonces como sugiere Evans:
«A medida que observas cada creencia, pregúntate si la crees,» Agrega Evans: «Si la crees, pregúntate por qué la crees. Explora con calma tus propias razones para aceptar esta creencia contraproducente.»
En próximos artículos sugeriremos alternativas a las creencias limitantes.Psicólogo Renzo Benvenuto
rbenvenuto@doctor.com
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