¿Has sido víctima de infidelidad? Aunque suene a cliché: tú no estás solo. En toda época y lugar, la infidelidad ha causado divorcios, venganzas y dramas. Hombres y mujeres, nadie está a salvo cuando la "pasión" hormiguea. Peor aún, las estadísticas son pesimistas: políticos, deportistas y artistas son parte de una kilométrica lista de infieles. Estos consejos "preventivos" que buscan evitar la infidelidad, los encontrarás en "La Fidelidad es mucho más que Amor", libro del psicólogo Walter Riso.
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Amor eterno
La frase "Y vivieron felices para siempre" es engañosa. El amor no garantiza la felicidad y/o fidelidad porque el amor no está grabado en piedra, no se congela, ni es eterno. El amor es como la marea: hay subidas y bajadas. El buen marino conoce los cambios y se prepara. Igualmente, conviene tomarle la "temperatura" al amor. Reconocer hacia donde soplan los vientos con anticipación. Dice el clásico aforismo: "Es mejor prevenir que lamentar".
El contrato de pareja
Lo más doloroso quizás es la ruptura (deshonesta, traicionera, fraudulenta) de la alianza, del contrato (mayormente exclusivo) sexual y afectivo, tácito en la pareja. Dicha traición toca las fibras del ego. Un cocktail de emociones como decepción, frustración, tristeza, vergüenza suelen salirse de cauce.
Mal de muchos...
En este trance no importa que sea una experiencia universal o que famosos como Sandra Bullock, Jennifer Aniston y Robert Pattinson también lo hayan vivido. La infidelidad se siente como experiencia única y humillante. Para empeorar las cosas, el ego martilla con frases como "eres un perdedor(a)", "¿acaso no lo viste venir?", "te pusieron los cuernos por tonto(a)", "serás el chisme del día", "Al final fue tu culpa".
Pantalones largos
Nos ponemos los pantalones teóricos. Los estudios sobre el amor recogen múltiples razones para la infidelidad. Por ejemplo, Walter Riso ha listado ocho errores que a corto o largo plazo precipitan la infidelidad. Revísalos con atención e intenta evitarlos.
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1. Sobrestimar el amor y creerse invulnerable (atención dormida)
Hasta el más "asceta" es capaz de cruzar la orilla. Es difícil ponerle candado al corazón. No te creas inmunizado por la virtud y la moral.
Solución: No mantengas una actitud soberbia; nunca bajes la guardia.
2. Creer que existe la persona ideal que se acomode exactamente a nuestras necesidades (búsqueda perfeccionista)
Buscar la chica 10 (u hombre 10) es parte del mito. Muchas personas saltan de relación en relación buscando la "media naranja", "the soul mate", o la chica de la "zapatilla de cristal", sintiéndo una enorme frustración al no encontrarla.
Solución: Libérate del mito y sienta cabeza.
3. Utilizar la venganza como una forma de retaliación e intentar salvar equivocadamente la dignidad personal mediante el revanchismo y la reparación tardía (personalidad inmadura y poca inteligencia emocional)
Responder fuego con fuego; ojo por ojo, diente por diente. Luego del gusto viene el disgusto. Algunos se sienten peor tras haber "lavado" la bandera. Esto empeora las cosas en la relación
Solución: Una opción alternativa es enfrentar el problema como adultos y separarse.
4. Tener una herencia biológica de infidelidad y/o una educación complaciente y tolerante con el engaño afectivo (determinación genética y mal ejemplo)
La permisividad hacia la infidelidad es tan habitual como la permisividad hacia el consumo de alcohol en algunas familias. La famosa "compulsión a la repetición" de Sigmund Freud en cuerpo presente. De tal palo, tal astilla.
Solución: Si es tu caso, revisa tus actitudes o creencias básicas. No tienes derecho de imponer tus reglas de juego a tu pareja.
5. Ser incapaz de afrontar adecuadamente un problema de pareja y creer que la infidelidad es una opción válida para sostener un mal matrimonio (malas estrategias de resolución de problemas; por ejemplo, evitación, negación o distanciamiento)
Buscar afuera lo que no hay adentro. Un amor placebo, sucedáneo y amortiguador. Lo mejor que puedes hacer es ponerte la mano al pecho y ponderar la relación.
Solución: Es mejor una buena separación que un mal matrimonio.
6. Creer que la promiscuidad y la seducción son una manera aceptable de mejorar la propia autoestima (prostitución afectiva)
El ego "donjuanesco" solo esconde una autoestima esquelética. Lo que debes hacer es rescatar la autoestima y llevarla a cuidados intensivos. Asimismo, la emoción de la conquista podría estar relacionada con tu bioquímica cerebral. Hay personas "buscadoras de emociones" (nombre clínico) por el intenso placer que representan.
Solución: Quizás necesites psicoterapia para solucionar problemas del falso ego.
7. Sentir que en el pasado afectivo quedó alguna relación inacabada, y por lo tanto debe completarse, o idealizar tanto el primer amor que nadie alcanza la medida (momificación afectiva)
¿Has puesto en un "altar" a tu primer amor o te sirve como medida de comparación? De ser así, el listón estará muy alto para tu actual pareja (o cualquier otra). ¿Tienes la sensación de que "siempre falta un centavo para el peso"?
Solución: Te recomiendo aterrizar y valorar los aspectos positivos de tu compañera(o). Evita el contacto con amores pasados.
8. No estar psicológica y afectivamente preparado para cuando los hijos se vayan o cuando se llegue a determinada edad (desajuste en los ciclos vitales)
El aburrimiento, la insatisfacción o el vacío pueden ser intolerables. Entonces una "aventura" se ve con buenos ojos. Hombres y mujeres maduros desean recuperar el tiempo perdido y volver a sentir el "cosquilleo" del amor.
Solución: La medicina puede ser peor que la enfermedad. Si deseas ser fiel a tu pareja, es mejor superar tus problemas existenciales y reestrenar el amor.
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