Las personas que tienen pensamiento catastrófico sólo pronostican desastres respecto de si mismas. Sólo anticipan un futuro negro. Se convierten en "profetas" de su propia ruina. Hagamos la siguiente comparación.
Futuro negro
La humanidad es gran fanática de las profecías. Desde Zaratustra, pasando por gitanas, Rasputín y hasta Ludovica Squirru, la humanidad anda siempre husmeando en las cartas, astros alineados, hojas de coca, plantas de las manos y los pies, indicios de lo que vendrá. Existen también profecías de algunas religiones acerca del fin de la humanidad. Ellas hablan de catástrofes naturales, crisis política y económica mundial, guerras incesantes, e incluso el cambio del eje de la tierra.
Sin entrar en discusión sobre lo acertado o no de estas predicciones, en el pensamiento catastrófico sólo se anticipan desastres. Esta forma de pensar lleva a elevados niveles de ansiedad y estrés.
El pensamiento catastrófico o visión catastrófica está presente cuando sólo se esperan desastres. La persona se entera o escucha un problema y empieza a decirse «Y si»; «¿Y si estalla la tragedia?», «¿Y si me sucede a mi?». Este tipo de pensamiento genera mucha ansiedad. Cualquier suceso es interpretado como señal de que algo terrible pasará. Así un simple dolor en el pecho, por ejemplo, puede ser percibido como señal de un inminente ataque cardíaco. Aqui tenemos más ejemplos:
-«Estoy seguro que tengo cáncer cerebral»
-«Si me despiden del trabajo, no encontraré otro y moriré de hambre»
-«¿Y si mi hijo empieza a drogarse?»
-«En un año mi empresa estará en la ruina»
-«¿Qué pasaría si ahora hubiera un terremoto?»
-«No nos hemos visto en dos días y creo que nuestra relación se está desmoronando»
Técnica-«Si me despiden del trabajo, no encontraré otro y moriré de hambre»
-«¿Y si mi hijo empieza a drogarse?»
-«En un año mi empresa estará en la ruina»
-«¿Qué pasaría si ahora hubiera un terremoto?»
-«No nos hemos visto en dos días y creo que nuestra relación se está desmoronando»
La mejor manera es detenerse y hacer una evaluación honesta de la situación en términos de probabilidades o porcentajes. ¿Cuál es el riesgo? ¿Uno entre cien (0,1%)? Estudiar las probabilidades de que algo malo suceda ayuda a evaluar en forma realista cualquier cosa que pueda angustiarnos. Por ejemplo:
-«¿Será cierto que mi relación de pareja se está desmoronando?»
-«¿Qué probabilidades existen de que mi empresa se hunda 5, 8 ó 10%?»
-«¿Qué pruebas tengo de tener cáncer cerebral? ¿Existen probabilidades al 100%?»
-«¿Qué probabilidades existen de que mi empresa se hunda 5, 8 ó 10%?»
-«¿Qué pruebas tengo de tener cáncer cerebral? ¿Existen probabilidades al 100%?»
Psicólogo Renzo Benvenuto
rbenvenuto@doctor.com
rbenvenuto@doctor.com
0 Comentarios